Jabón de Marsella

Uno de los savoir-faire más antiguos de Francia es la elaboración del jabón de Marsella en la Provenza, cuya industria nació en esta ciudad mediterránea en el siglo XII.

Savoir-faire en Marsella

El jabón de Marsella
Este producto se fabrica desde hace más de 100 años de la misma manera. Primero se realiza una mezcla de aceite y sosa que se tritura y se suaviza con unos rodillos de granito. A continuación se añaden ingredientes como miel, esencias o perfumes y, después, se introduce la masa en un molde para obtener las pastillas. Por último, los jabones se estampan manualmente para después ser modelados y etiquetados.

A principios del siglo XX, Marsella tenía 90 fábricas de jabón pero después de la II Guerra Mundial, con la aparición de los detergentes, esta industria se hundió casi hasta su desaparición. Desde hace años y gracias a un grupo de personas bastante preocupadas por el medio ambiente se ha recuperado el savoir-faire de los maestros jaboneros marselleses.

En la actualidad existen varios lugares abiertos al público donde enseñan cómo se elaboran estos productos. Uno de ellos es el Taller de La Grande Savonnerie (Enlace externo) fundado por tres jóvenes marselleses que querían recuperar esta maravillosa tradición y reivindicar la importancia de los cosméticos y productos naturales. En este taller se imparten varios cursos para que los asistentes aprendan cómo se hacen los jabones, los afeites naturales y artículos de limpieza ecológicos. La jabonería Les Savons de Saint-Victor y el taller de creación de La Grande Savonnerie se encuentran a ambos lados del Puerto Viejo de Marsella, una profunda ensenada que penetra en el tejido urbano de la ciudad.

La Savonnerie de la Licorne (Enlace externo) , situada en el céntrico y ajetreado barrio de Cours Julien, donde destacan las demostraciones de street art de algunos artistas locales, es otro lugar donde se muestra el proceso de fabricación de este producto. Cuenta también con un Museo del Jabón, situado en el Puerto Viejo, donde se ve su apasionante historia desde su origen en la Roma antigua hasta la actualidad y donde quien lo desee puede participar en la elaboración de su propia pastilla de jabón.

Pero si aparte de este jabón te apetece llevar otro recuerdo a casa no dudes en comprar lavanda, pastis (lícor de anís) o las sabrosas navettes, unas galletas artesanales hechas con harina, huevo y ralladura de naranja, entre otros ingredientes. Su forma de barco te recuerda de una manera muy dulce que Marsella es una ciudad que ha estado siempre vinculada al mar.

No te vayas sin haber visitado

Vieux Port
Se puede cruzar de un lado a otro bien con la antigua línea de Ferry-Boat, que inmortalizara en sus obras el novelista, dramaturgo y cineasta francés Marcel Pagnol, o con un transbordador ecológico que empezó a funcionar en el año 2010. Verdadero centro neurálgico de la ciudad, el Puerto Viejo de Marsella ha sido renovado y hoy día es curioso pasear por debajo del espejo gigante concebido por Norman Foster. Muy cerca está el Museo MuSaMa (Enlace externo) , un espacio diseñado por el arquitecto marsellés Richard Cata que ofrece un itinerario de los 1.000 años de historia del jabón en esta ciudad mediterránea a través de vídeos y otras propuestas interactivas.

Cita en Marsella, en Provenza