Explorando Mulhouse: ciudad de diseño y creatividad

Mulhouse es una ciudad de sorprendentes secretos e increíbles museos. Puede que no tenga las bonitas casas con entramado de madera y de cuento de hadas de Alsacia, pero su regeneración en curso desde una antigua potencia industrial a una ciudad de las artes y el diseño hace que resulte un lugar fascinante que visitar.

Diseño en el arte callejero

Mulhouse ama el arte callejero y muchos la describen como «la Berlín de Alsacia» con sus toques de color que adornan las paredes de multitud de edificios. Sin embargo, el arte urbano no es algo nuevo en esta ciudad. De hecho, se remonta a siglos atrás como puede observarse al visitar la plaza de la Réunion, la plaza principal y centro neurálgico de la ciudad. Mucho antes de quedar enamorados con los murales callejeros, el antiguo consistorio medieval fue decorado por primera vez en 1698 con un trampantojo del artista Jean Gabriel. El arte urbano lleva siendo promovido de forma activa desde la década de los ochenta y, en consecuencia, hay mucho que ver en la ciudad (en Cirkwi.com y su aplicación para móviles se ofrecen detalles sobre el circuito de arte callejero de Mulhouse). No te olvides de llevarte la cámara de fotos para capturar estas obras de arte que harán las delicias de los usuarios de Instagram.

Diseño en el arte

Motoco es uno de los mayores representantes de la ola de regeneración que está convirtiendo esta ciudad en un importante centro creativo. Es la principal residencia de artistas de toda Francia. Aquí se alojan 140 artistas, artesanos y empresas creativas que comparten 80 estudios alquilados en una antigua enorme fábrica del gigante textil DMC. Las artes practicadas aquí van desde el arte multimedia hasta la danza, el arte dramático, la escultura y la pintura, entre otras. Los artistas vienen de toda Europa para trabajar y colaborar. Uno de ellos es el suizo Simon Burkhalter, que crea exoesqueletos a partir de materiales reciclados. «Este espacio es tremendamente motivador», me dijo mientras me enseñaba un diseño sobre el que estaba trabajando para una empresa de robótica. El centro no está abierto al público de forma permanente, por lo que es recomendable acudir a la oficina de turismo para consultar las jornadas de puertas abiertas de Motoco o contratar un taller con un artista.

Le Sechoir de Mulhouse

Cuando una antigua fábrica de azulejos cerró en 1970, el propietario le confió la gestión del edificio a su hijo. Con el nombre de Le Séchoir, sirvió como espacio de oficinas y tiendas, además de albergar la sede de una asociación artística antes de su clausura en 2002. Sin embargo, en 2014 volvió a la vida para ofrecer un vibrante espacio para estudios y exposiciones. Ahora alberga a más de una docena de artistas y se celebran regularmente exposiciones en este enorme espacio abierto. Se puede visitar los fines de semana y la entrada es gratuita. Si buscas algo espectacular y único para llevarte como recuerdo de Mulhouse, sin duda lo encontrarás aquí. Consulta en la oficina de turismo las jornadas de puertas abiertas, los días en que los artistas se encontrarán en las instalaciones para presentar sus obras y charlar sobre ellas.

La ciudad del automóvil

Si hablas sobre Mulhouse con cualquier persona que haya estado allí, lo más seguro es que las palabras «museo del automóvil» surjan en cualquier momento de la conversación. De todas formas, ten por seguro que nada te preparará para la total y absoluta magnificencia de la ciudad del automóvil, el museo del automóvil más grande del mundo. Este lugar te dejará maravillado desde el momento en que atravieses la gran entrada, con sus coches futuristas suspendidos, para acceder a las «calles» llenas de coches, incluidos dos Bugatti Royale de valor incalculable. Me encantó la pista privada en la que puedes alquilar un coche clásico. Conduje un Ferrari 458 Italia, una verdadera bestia. Cuando pulsé el botón de arranque del motor, su rugido me puso los pelos de punta. Más de 400 coches, todos ellos clásicos, una enorme colección de coches para niños, un pequeño viaje en tren y muchísimo más. Nunca olvidarás la visita a este museo.

La Ciudad del tren

No hace falta que seas un amante de los trenes para maravillarte con este extraordinario museo. 60 000 m² de espacio albergan una vasta colección de trenes originales que van desde los inicios del transporte ferroviario francés en 1844 a los comienzos de la era del tren de alta velocidad. Cada una de las unidades expuestas tiene una longitud aproximada de 25 metros y un peso medio de nada más y nada menos que 80 toneladas. Sorpréndete por el vagón elegantemente decorado de Napoleón III y los ostentosos vagones del Orient Express con maniquís de Hércules Poirot y, por supuesto, los posibles asesinos. Se trata de una presentación innovadora con vídeo, sonido y unidades de exposición a las que puedes subirte. Me encantó recorrer el museo en un pequeño tren, hacer lo propio en el exterior en un tren en miniatura e incluso conducir una máquina con motor diésel en la pista privada del museo. Al final de la visita, ¡decidí que quería ser maquinista de mayor!

Diseño en las tiendas

El arte lo impregna todo en Mulhouse, donde diversas tiendas apoyan y promueven de forma proactiva el trabajo de los artistas que allí residen. Le Bocal es una tienda de artistas que se centra en los artículos del hogar y presenta obras de los artistas de Motoco. También puedes comprar obras de arte de los artistas de Motoco en la oficina de turismo.

Diseño en los restaurantes

Matthieu Laurent abrió el café NoMad en una antigua fundición en 2018 y este local se ha hecho súper famoso en la vida social de Mulhouse desde entonces. Se ha conservado la integridad de los orígenes industriales del edificio, pero sus paredes de ladrillo y sus tuberías industriales se combinan con artefactos originales y vintage y todo contrasta de forma fabulosa con la elegante iluminación. Su menú ofrece grandes platos de estilo urbano: hamburguesas, costillas, pollo teriyaki, etc. La popular lista de cócteles mantiene siempre ocupados los taburetes del bar. Me encantó la piña colada, cremosa y con un exquisito toque de coco. Lleno de gente del lugar, este es una excelente opción para familias, grupos de amigos y parejas. Si quieres asegurarte de tener una mesa, lo mejor es que reserves a través de internet.

Una ubicación privilegiada

El café Mozart es una institución en Mulhouse. Es amado tanto por su ubicación y espectaculares vistas sobre la plaza principal de la ciudad, la plaza de la Réunion, como por sus sensacionales tartas y su delicioso menú de temporada. En su interior, la pastelería Jacques lleva más de ocho décadas deleitando a los lugareños con un negocio familiar que actualmente se encuentra en su tercera generación bajo la dirección del chef Michel Bannwarth. Abre para los desayunos y comidas con un menú variado que incluye deliciosos quiches y tartas. No obstante, son las tartas las que ocupan el lugar más prominente con sus sabrosos e irresistibles clásicos.

Para alojarse: hotel Bristol

Este hotel de 115 habitaciones de estilo Art Déco está a tiro de piedra del corazón de la ciudad y a un par de paradas en tranvía de la principal estación de tren y el museo del automóvil. Es coqueto y confortable, y cuenta con unas excepcionales habitaciones. La mía tenía una bañera jacuzzi con una gran ventana con vistas al cielo para poder admirar las estrellas mientras disfrutas de un burbujeante baño. Este negocio familiar tiene más de cien años de antigüedad y aquí recibirás una calurosa bienvenida del equipo de dirección formado por Marie y Fernande Gutzwiller (madre e hija).

Cita en Mulhouse, en Alsacia