Torneo de Roland Garros: el tenis “a la francesa”

Te encuentras en Porte d'Auteuil, en el distrito XVI de París, para asistir al gran torneo de tenis Roland Garros.

A las puertas de la Ciudad de la Luz, este barrio bucólico, tranquilo y elegante, vive cada año una metamorfosis: con los primeros rayos de sol de primavera, el deporte y el glamour se mezclan al ritmo de las mejores raquetas del mundo. Lo que está en juego es el célebre torneo de tenis de Roland Garros, uno de los cuatro principales torneos de tenis profesional del planeta.

Historia

En 1927, cuatro jugadores franceses, Jacques “Toto” Brugnon, Jean Borotra, Henri Cochet y René Lacoste lograron la proeza de ganar la Copa Davis en suelo estadounidense. La gloria fue inmediata para quienes fueron apodados los “Mosqueteros”, en referencia a la célebre novela de Alejandro Dumas.

Para rendir homenaje a su proeza, la Federación Francesa de Tenis decidió hacer las cosas a lo grande: construir un recinto deportivo digno de sus nuevos héroes.

Roland Garros, el aviador...

El Stade Français – club que hasta entonces organizaba el abierto de Francia – propuso ceder un terreno a la Federación Francesa de Tenis (FFT).

La única condición para esta cesión era que el terreno (3 hectáreas) llevase el nombre de Roland Garros, miembro del club y pionero de la aviación que había realizado la primera travesía del Mediterráneo en 1913.

La promesa fue cumplida. A partir de 1928, el abierto de Francia estableció sus cuarteles de primavera en el estadio Roland-Garros para convertirse en el Torneo Internacional de Francia de Roland Garros.

Inspirados por el lugar, los mosqueteros conservaron ese mismo año la Copa Davis ganada tras una lucha encarnizada contra su tradicional bestia negra: los estadounidenses. Mientras tanto Cochet ganó el torneo individual frente a su amigo Lacoste.

La edad de oro del tenis

La edad de oro del tenis y de la tierra batida entró entonces a formar parte de la historia. Esta tierra, de color ocre, se convirtió en el símbolo de las victorias de las estrellas mundiales de la pelotita amarilla. Nos referimos al sueco Björn Borg, a la alemana Steffi Graf, al checo Ivan Lendl, Rafa Nadal, Arantxa Sánchez Vicario, Garbiñe Muguruza... o también al sueco Mats Wilander que en 1983 cedió su título al francés Yannick Noah, último tenista francés en haber inscrito su nombre en el palmarés.

Con el tiempo, el torneo parisino no ha dejado de crecer en la escena francesa e internacional para ser hoy la mayor competición en tierra batida del mundo. También la más dura.

Sus estrellas son los “maratonianos” del tenis profesional, por lo difíciles que son las condiciones de juego: superficie lenta, largos peloteos, partidos –en ocasiones interminables– muy seguidos que se juegan al mejor de 5 sets para los hombres y 3 para las mujeres.

Lugar de cita para la moda y la jet set

París, capital de la moda, también encuentra su prolongación en la Porte d'Auteuil durante la quincena de Roland Garros. En las gradas del estadio, la jet set parisina –e internacional- se codea y alimenta las revistas del corazón.

La moda también ocupa el recinto y las marcas más prestigiosas convierten este evento en el escaparate del arte de vivir a la francesa.

Roland-Garros se moderniza

Roland-Garros inauguró en 2019 una nueva pista de tenis llamada Simonne Mathieu, de arquitectura ultramoderna, rodeada de invernaderos con plantas de los 5 continentes. Esta nueva pista forma parte de un amplio proyecto de renovación del estadio que acoge cada año los partidos internacionales de tenis de París.


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