¡Los tesoros de la región de Loira Atlántico son innumerables! Desde escapadas urbanas hasta inmersiones en la naturaleza, pasando por paradas gastronómicas, visitas a castillos y actividades recreativas y deportivas para todas las edades, ¡la oferta es tan vasta que casi abruma! Aquí tienes un programa especialmente diseñado para familias, para optimizar el tiempo y disfrutar al máximo del momento presente.
El rico patrimonio del Mans
El Ministerio de Cultura concedió a Le Mans la etiqueta "Ville d'art et d'histoire" en 2002. No te extrañará si tienes la oportunidad de pasear por las estrechas y empedradas calles del casco histórico, admirar sus edificios catalogados, sus fachadas medievales o la catedral de Saint-Julien, un edificio impresionante, una joya heredada del gótico y del románico, con una bóveda de mil luces y colores.
Tras esta inmersión en la historia, la jornada termina con un aperitivo en el agua. Los niños estarán encantados de jugar a marineros de agua dulce en una "toue sablière", barco tradicional del Loira. Si en el pasado este barco recogía arena en el Loira para construir ciudades, la toue "La rêveuse de Saint-Nicolas" (Enlace externo) ha sido reconvertida para ofrecer a los turistas conquistados un viaje por el río.
Por último, durante todo el verano, con la Nuit des Chimères (Enlace externo) , Le Mans se ilumina. Al anochecer, las proyecciones gratuitas subliman los monumentos históricos de la ciudad, como la muralla romana. Un espectáculo impresionante que dejará un recuerdo inolvidable en jóvenes y mayores.
Los Alpes Mancelles para oxigenarse
Los amantes de la naturaleza harán una parada en los verdes Alpes Mancelles. Además de sus pintorescos pueblos con encanto, este entorno virgen ofrece un sinfín de actividades "kids friendly": cursos de orientación guiados, caminatas, búsquedas del tesoro, recorridos en bicicleta de montaña, descenso en canoa por el río Sarthe con Préférence-Plen Air (Enlace externo) , visitas a una granja educativa de cría de alpacas (llamas en miniatura similares a animales de peluche)... Cada actividad es una invitación a disfrutar de un momento de relax y descubrimiento con toda la familia. El cambio de escenario es total, cuando al anochecer, los niños se acuestan en una tienda de campaña logde, arrullados por los sonidos de la naturaleza.
La travesía encantada en Mayenne
¡Abran paso a la vida en el castillo! Mayenne cuenta con nada menos que 279 edificios señoriales, ¡incluidos cinco castillos! Alquilando bicicletas, podrás ir de uno a otro gracias a Vélo Francette: 85 km de carriles bici que atraviesan el departamento. Entre ellos, el Château de Sainte-Suzanne, que se encuentra en el corazón de una ciudad medieval encaramada en una roca. Pero los castillos son también los lugares soñados para hacer un alto en el camino. En el Château-Gontier, puedes reservar una habitación y meterte en la piel de un châtelain (guardián del castillo). Por último, no te vayas de La Mayenne sin visitar el museo Robert Tatin. En el corazón del bocage de Mayenne, en Cossé-le-Vivien, este palacio poblado de esculturas colosales, aúna arte y naturaleza.
El viaje a la ciudad de Nantes
Imposible abandonar la región sin hacer una escapada a Nantes, ¡una ciudad muy apreciada por las familias! Y con razón. Todo está pensado para facilitarles la vida, empezando por el Viaje a Nantes, con un divertido recorrido que atraviesa la ciudad. ¿Cómo funciona? Una línea verde sobre el terreno de 12 km que guía al visitante hacia los escenarios culturales, los principales monumentos, obras de arte y elementos singulares de Nantes. Un recorrido que se enriquece cada verano con instalaciones contemporáneas efímeras.
Los favoritos de los niños (¡y de los mayores!) siguen siendo Les Machines de l'île (Enlace externo) , donde el elefante, un coloso de madera y hierro, es la estrella. Pero también, justo al lado, el llamativo Carrousel des Mondes marins, un acuario de metal poblado de extrañas criaturas marinas.
Para seguir con el tema de la familia, vamos al restaurante Chez maman (Enlace externo) , a un paso del Château des Ducs de Bretagne, otra visita obligada. En un ambiente de época, aquí se cocinan platos familiares y tradicionales que serán apreciados por unanimidad.
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