Como sabemos, la cocina en Francia es sagrada. Y en vacaciones quizás más que el resto del año... Por eso, cuando se trata de comer bien, hablamos de abastecerse de productos locales según las estaciones, a ser posible en una cadena de suministro corta, para preservar los sabores y, cada vez más, para reducir el impacto medioambiental. Cocineros comprometidos, productos ecológicos, vinos procedentes de la agricultura sostenible... desde las ciudades más grandes hasta las regiones más remotas, en Francia siempre hay una buena mesa y mercados excepcionales para honrar la cocina. Buen provecho.