10 sitios culturales que no te puedes perder en París

El Museo del Louvre y su Pirámide, en París.

Tu estancia en París será la oportunidad perfecta para descubrir una capital siempre vibrante. Conocida como la Ciudad de la Luz, París es también un extraordinario museo al aire libre, repleto de lugares culturales que no te puedes perder. Para ayudarte a seleccionar los destinos más destacados, aquí te presentamos estos 10 imperdibles lugares parisinos.

La Torre Eiffel y el Campo de Marte

Si hay una visita imprescindible durante un viaje a París, esa es la Torre Eiffel. Construida en 1889 para la Exposición Universal, desde entonces se ha convertido en el símbolo icónico de la ciudad. Durante el día, se presenta como un intrincado encaje de hierro, mientras que por la noche se transforma en una joya centelleante. Contemplarla desde los jardines del Campo de Marte o las orillas del Sena es una experiencia verdaderamente única.

Sin embargo, ascender a la Torre Eiffel también ofrece a los visitantes una experiencia inolvidable. Al llegar al primer piso, experimentarás la sensación de vértigo al caminar sobre el suelo de cristal, a 57 metros de altura sobre el suelo. Luego, en el segundo piso, comienza el verdadero encanto. Desde aquí, disfrutarás de vistas impresionantes de los monumentos más emblemáticos de París: el Louvre, el Grand Palais, los Inválidos, Notre-Dame, Montmartre y su Sacré-Cœur. Además, tendrás acceso al bar de macarons Pierre Hermé Paris y al restaurante Le Jules Verne, galardonado con una estrella Michelin.

Finalmente, la culminación de esta experiencia única es el acceso a la cima de la torre. Desde aquí, a 276 metros de altura, disfrutarás de una vista panorámica incomparable de la Ciudad de la Luz. No dudes en celebrar este momento mágico brindando con una copa de champán.

El Louvre, uno de los museos más grandes del mundo

Idealmente situado en el corazón de París, a orillas del Sena, el Louvre ocupa el antiguo palacio de los reyes de Francia. Sin embargo, desde 1989, este monumento se reconoce también por la Gran Pirámide, que ocupa su lugar en el patio principal y constituye su entrada principal. Tanto es así que esta joya de cristal se ha convertido en el símbolo del propio Louvre. Pero más allá de la arquitectura de este edificio, es también su increíble colección de obras de arte lo que merece una visita. En sus ocho departamentos, este museo universal expone más de 30.000 obras que abarcan siglos y civilizaciones, y un número excepcional de obras maestras mundialmente conocidas (esculturas, pinturas, objetos de arte, etc.). Por citar sólo algunas: el Escriba agazapado, la Venus de Milo, los Cautivos de Miguel Ángel, la Gioconda de Vinci, Las Bodas de Caná de Veronese, El Astrónomo de Vermeer, La Libertad guiando al pueblo de Delacroix...

El Museo de Orsay y su rica colección de arte impresionista

Al otro lado del Sena (en la orilla izquierda), casi frente al Louvre, se encuentra el Museo de Orsay, ubicado en un edificio insólito: una antigua estación de ferrocarril parisina de peculiar elegancia, construida por el célebre arquitecto Victor Laloux para acoger a los visitantes en el corazón de París con motivo de la Exposición Universal de 1900. Su colección es igualmente excepcional. El Museo de Orsay posee la mayor colección de obras impresionistas del mundo, con numerosas obras maestras que datan de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Aquí podrás admirar obras clave de Gustave Courbet, Édouard Manet, Degas, Auguste Renoir, Vincent Van Gogh, Claude Monet y Auguste Rodin, así como una magnífica colección de artes decorativas y esculturas.

El Centro Pompidou y su arquitectura única

Conocido en todo el mundo por su arquitectura vanguardista, el Centro Pompidou, construido en el corazón del barrio de Halles de París, es un espectáculo para la vista. Este edificio atípico ofrece a los visitantes unas vistas increíbles de los tejados y monumentos de París, gracias a sus escaleras mecánicas cubiertas de tubos de plexiglás que comunican las 6 plantas del museo. De hecho, este edificio alberga uno de los museos de arte moderno y contemporáneo más fascinantes de Europa, con más de 100.000 obras de los siglos XX y XXI. Están representados todos los grandes campos artísticos de la época, desde el dibujo hasta los nuevos medios, pasando por las artes visuales, la fotografía, la arquitectura, el diseño y el cine. La colección cuenta con una impresionante lista de artistas famosos, como Picasso, Matisse, Braque, Léger, Kandinsky, Delaunay, Giacometti y Dubuffet, y ofrece a los visitantes la oportunidad de descubrir o redescubrir los movimientos artísticos del arte moderno (desde el cubismo y el surrealismo hasta la abstracción).

El Palacio de Versalles y sus suntuosos jardines

El Palacio de Versalles es otro de los lugares que no debes perderte durante tu visita a la capital francesa, ya que te permitirá conocer toda la historia de Francia, desde Luis XIV hasta Luis XVI. Durante más de un siglo, este imponente edificio de impresionante arquitectura fue la residencia principal de los reyes de Francia. ¿Por qué visitar este palacio? Para admirar su joya: el Salón de los Espejos (7 metros de largo y adornado con casi 360 espejos). Para revivir la vida cotidiana de los Reyes admirando sus apartamentos, pero también para descubrir el dominio del Trianón (refugio de María Antonieta). O admirar la belleza de los jardines creados por Le Nôtre, tanto de día como de noche, especialmente durante los festivales Grandes Eaux Musicales y Grandes Eaux Nocturnes.

La Basílica del Sacré-Cœur y su vista panorámica de la ciudad

Situado en lo alto de la colina de Montmartre, a más de 130 metros de altura, este edificio religioso de arquitectura románica y bizantina ofrece a los visitantes una de las vistas panorámicas más excepcionales de París. Hay dos formas de acceder al edificio: subir las famosas escaleras de la cima de la colina o tomar el funicular. Una vez dentro de la basílica, hay una serie de elementos excepcionales que te llamarán la atención: uno de los mosaicos más grandes del mundo (mide 475 m²), el sonido de la campana más grande de Francia y, sobre todo, su cúpula, a la que se puede acceder desde el exterior (subiendo 300 escalones) para disfrutar de una espléndida vista de la ciudad. Aprovecha tu visita para explorar los alrededores: la famosa Place du Tertre y sus artistas, así como el barrio de las Abadesas, con sus inspiradoras callejuelas.

Catedral de Notre-Dame, obra maestra de la arquitectura gótica

Desde el siglo XII, Notre-Dame-de-Paris se erige orgullosa en la Île de la Cité, en el corazón de París. Aunque el edificio fue gravemente dañado por un incendio en 2019, y actualmente está cerrado al público, su fachada y torres decoradas con encajes de piedra al más puro estilo gótico, así como sus espléndidas vidrieras y rosetones, han sobrevivido. El monumento sigue encantando a los visitantes por sus proezas arquitectónicas, del mismo modo que inspiró a Victor Hugo para escribir su obra maestra, Notre-Dame-de-Paris. A la espera de su reapertura, prevista para diciembre de 2024, los visitantes pueden disfrutar de una exposición gratuita en la explanada de la catedral, dedicada a la restauración del monumento y que muestra la pericia de los artesanos implicados, titulada "Notre-Dame de Paris: Au cœur du chantier".

El Arco del Triunfo, el arco más grande del mundo

Situado al final de "la avenida más hermosa del mundo", los Campos Elíseos, este monumento posee un gran poder simbólico. La construcción de este arco, iniciada por Napoleón I durante el Imperio para conmemorar la victoria en la batalla de Austerlitz, ha sido desde entonces un símbolo de la grandeza de Francia y un tributo al valor de los soldados franceses frente a la adversidad. La presencia de la Tumba del Soldado Desconocido, ubicada bajo este arco desde el 11 de noviembre de 1920, añade aún más solemnidad a este homenaje. Sin embargo, la visita a este sitio cultural (junto con su museo) no solo sirve como recordatorio de momentos clave en la historia de Francia. Desde la terraza del edificio, se puede disfrutar de una magnífica vista panorámica del París de Haussmann, destacando el impresionante eje que une el Gran Arco de la Defensa en el noroeste con el obelisco de la Plaza de la Concordia y el Museo del Louvre en el centro de la capital.

El Museo del Quai Branly, dedicado a las artes y civilizaciones no occidentales

Situado en un lugar privilegiado, cerca de la Torre Eiffel, el primer atractivo de este museo es su arquitectura (diseñada por Jean Nouvel), que da protagonismo a la naturaleza en pleno centro de París. Pero una vez cruzadas sus puertas y su famosa cascada de palabras, son las miles de obras procedentes de África, Asia, Oceanía y las Américas no occidentales las que realmente atrapan al visitante. Esta increíble colección lleva al visitante a un inmenso viaje por la historia, la cultura y las religiones de otros continentes, desde la Antigüedad hasta nuestros días. Una de las grandes bazas del museo es su amplia oferta de actividades para niños y familias (visitas con cuentacuentos, talleres musicales y artísticos, etc.).

Las Galerías del Grand Palais, que han dado a conocer al público a grandes artistas

Diseñado para la Exposición Universal de 1900, el Grand Palais es un edificio excepcionalmente elegante situado junto a los Campos Elíseos. De acero y cristal, el palacio es fácilmente reconocible por su inmensa cúpula acristalada, que recuerda a un gigantesco invernadero. El recinto está dividido en 3 zonas: las Galerías Nacionales, la Nave Central y el Palacio de los Descubrimientos. ¿Qué se puede ver dentro de estos imponentes volúmenes? La impresionante Nave, de unos 240 metros de largo, acoge diversos acontecimientos internacionales. El Palais de la Découverte (Palacio de los Descubrimientos), por su parte, es un museo dedicado a la ciencia, donde los niños pueden descubrir exposiciones educativas y experimentar. Por último, las propias Galeries du Grand Palais acogen exposiciones dedicadas a grandes artistas (Gauguin, Picasso, Rodin, Greco, Mucha, Man Ray, etc.).


Recomendaciones y consejos:
Para sacar el máximo provecho de estos excepcionales lugares parisinos, te sugerimos que planifiques tus visitas durante las horas menos concurridas. Las páginas web de estos sitios suelen ofrecer información detallada sobre los momentos óptimos para visitarlos cada día. Además, para una ciudad turística del tamaño de París, es recomendable evitar las temporadas altas siempre que sea posible. De esta manera, no solo podrás beneficiarte de tarifas más atractivas, sino también de condiciones más óptimas. En cuanto al transporte, te recomendamos utilizar el transporte público o la bicicleta en París. Esto te permitirá disfrutar de desplazamientos más fluidos y económicos, al tiempo que contribuyes a mejorar la calidad del aire en la capital. ¡Que disfrutes al máximo de tu estancia en París!


Para saber más:

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