5 minutos para conocer los castillos cátaros

El catarismo, la religión disidente que se oponía al Antiguo Testamento, la autoridad papal y la Iglesia católica, fue una doctrina que se propagó por el suroeste de Francia hasta mediados del siglo XIII. Guerra de asedios y guerra de nervios en la región de Occitania. En comparación con la epopeya cátara, ¡Juegos de Tronos se queda corto! Repaso en 5 minutos.

Un paseo por el país cátaro

Algunos hacen la ruta de los vinos y otros la ruta de los castillos cátaros. ¡Buena elección! Como punto de partida o destino final, Carcasona es una localidad ineludible, sus «Cinco Hijos» y los castillos de Lastours. ¿No te parece suficiente? Pues rumbo a la abadía de Fontfroide, Saint-Hilaire o el castillo de Foix.

Los Cinco Hijos de Carcasona

Aguilar, Peyrepertuse, Puilaurens, Queribus y Termes: Carcasona estaba muy bien protegida con estos castillos que se conocen como sus «Cinco Hijos». En plena guerra de asedios, estas cinco fortificaciones se erigían macizas frente al enemigo para aplacar el ardor del Reino de Aragón ante esta línea de frente infranqueable.

¡Cuatro castillos por el precio de uno!

Si no tienes mucho tiempo, ve directamente a los castillos de Lastours. En la Montaña Negra tienes cuatro castillos que dominan el río a más de 300 metros de altitud. Las cuatro ciudadelas (Cabaret, Surdespine, Quertinheux y Tour Régine) parecen suspendidas en el vacío…

Cruzada albigense en el Mediodía

En 1208, el papa emprendió una cruzada para acabar con los herejes, que se habían asentado en el Languedoc. Los hidalgos del Mediodía se pusieron en pie de guerra, salvo Trencavel, vizconde de Béziers, Carcasona y Albi, feudos de los cátaros, que opusieron resistencia. Tras la toma de Béziers y la masacre de la población, el enemigo n.º 1 de los cruzados se refugió en Carcasona. Y así empezó el asedio…

El farol de Carcasona

En el país cátaro, Carcasona y sus murallas son una parada obligatoria. ¿Conoces la leyenda de la Dama Carcas? Dicen que, sola a la cabeza de la ciudadela asediada durante cinco años por el ejército de Carlomagno, solicitó un inventario de las reservas de comida. Un cochinillo y un saco de trigo: era todo lo que les quedaba. En su último intento de engaño, ordenó cebar el animal antes de tirarlo desde la torre más alta. ¡El subterfugio funcionó de maravilla! Carlomagno, al ver cómo se derramaba el preciado grano de las entrañas del cochinillo sacrificado, no estimó conveniente seguir asediando una ciudadela que podía permitirse alimentar al ganado con esas exquisiteces.

Cambio de chaqueta en Occitania

Los cruzados del Norte, que habían venido a defender a sus compatriotas meridionales, no eran todos santos, ni mucho menos… porque se cometieron muchas exacciones durante las cruzadas. Expoliados por sus propios compañeros de armas, los hidalgos engañados prefirieron cambiar de bando para unirse a las filas de los cátaros.

Peyrepertuse

En occitano, pèirapertusés quiere decir «piedra perforada». Hay quien dice que en la época cátara existía una entrada secreta disimulada en una roca que permitía llegar al castillo. Tan secreta que nadie ha conseguido encontrarla, pero nada nos impide seguir buscando…

Una historia que no termina bien

La epopeya cátara fue sangrienta hasta el último acto. El asedio de Montségur, el 16 de marzo de 1244, se terminó en una hoguera en la que se precipitaron cientos de cátaros que no estaban dispuestos a renegar de su fe.

Sugerencias adicionales

  • Cómic: Le dernier cathare, de Eric Lambert, Arnaud Delalande y Bruno Pradelle. Editado por Glénat.
  • Ciudadela: Carcasona, ¡cómo no! (Enlace externo)
  • Serie: El laberinto, adaptada por Ridley y Tony Scott a partir de la ficción histórica homónima de Kate Mosse.