© Antoine Omere
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Arena dorada y cocoteros: el paisaje tropical de la Grande Anse du Diamant
La Isla de la Martinica emerge como una joya en el mar del Caribe, con sus playas de arena negra al norte y de arena dorada al sur. La montaña Pelée es una invitación a tomar altura, los fondos marinos a tomar un baño refrescante. Entre las yolas multicolores, los puestos de los mercados que exhalan aromas inéditos y los ritmos musicales de las Antillas, la magia criolla lo inunda todo.
QUÉ VER
- La ciudad de Saint-Pierre
- Fort de France
- El pueblo de Sainte-Anne
- La reserva natural y protegida de La Caravelle
- Le Carbet
- El municipio de Grand-Rivière
- La plaza principal de los esclavos
- Las Gargantas del Acantilado
- Cap 110, el monumento conmemorativo de la Ensenada Caffard
- La playa de Salines
QUÉ HACER
- Admirar las impresionantes vistas de Morne Gommier
- Asistir a la salida de la regata del Tour des Yoles entre finales de julio y principios de agosto
- Escalar con orgullo el volcán activo de Mont Pelée
- Submarinismo en la Roca del Diamante
- Atracar en la bahía de Trésor en catamarán
- Ponerse las gafas y el tubo poner rumbo a la Punta de Borgnèse
- Hacer un inventario de las miles de especies de plantas y flores tropicales en los jardines botánicos de Balata
- Convertirse en un experto del cultivo de la banana en Habitation Belfort
- Aventurarse por la cueva de los murciélagos
- Seguir la ruta de la Trace en el corazón de la selva tropical
Para llegar más lejos:
Cómo llegar a Martinica
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