Un soplo de aire fresco

La belleza del paisaje urbano francés reside en su sentido del equilibrio. Los edificios respiran gracias a las aceras renovadas; el comercio se complementa con plazas abiertas. Los monumentos se convierten en puntos de observación desde donde se despliega la ciudad. Lejos de la estética de jungla urbana, la ciudad francesa está llena de lugares para descansar y recuperar fuerzas: en el banco de un jardín, en un muelle a lo largo del río, o en un parque con vistas al horizonte.

Replantéate tu idea de una escapada urbana.