5 maneras de celebrar el estilo de vida mediterráneo en el Palace Le Byblos

Innovador en su momento, el Byblos fue diseñado a la manera de una aldea provenzal con sus casas de colores en torno a una gran explanada. Una verdadera plaza del pueblo con un olivo centenario del Líbano. En el corazón, la piscina se calienta a 28° permanentemente y el solárium invita a relajarse. Recomendamos la terraza de la B para un almuerzo soleado. "B" como Bardot, obviamente, reina del Saint-Trop de los años 70 y madrina del lugar.

Cada una de las 90 habitaciones, incluyendo las 50 suites, están decoradas de forma única, mezclando muebles antiguos y muebles personalizados, a la vez que resalta los colores del Mediterráneo. ¿La más acogedora? La suite Missoni, donde la marca homónima ha puesto su inimitable elegancia italiana, con sus tonos ácidos y malla en zigzag. ¡Un verdadero arcoiris!

Una sala de estar libanesa importada piedra a piedra de un palacio de Beirut del siglo XVI: ¡eso es suficiente para transformar una sesión de belleza en un verdadero viaje hacia el Oriente! Esta no es la única de las originalidades del spa que también ofrece su suite privada, todo en piedra de Jerusalén y moucharabiehs (celosías) para los huéspedes preocupados por su privacidad. Y para completar esta inmersión en los milenarios rituales de belleza de las costas del Mediterráneo, es necesario detenerse en el hammam de granito azul. ¡Un verdadero ambiente de baño romano!

En Cucina by Alain Ducasse, siéntate bajo los plátanos y déjate llevar por la dulzura de la vida, entre la elegancia de Saint-Tropez y el ambiente relajado del Sur de Francia. En el menú, auténticos sabores italianos: pizza napolitana horneada en horno de leña en la terraza o platos para compartir como las pastas flambeadas en una rueda de queso parmesano.

Copia de la discoteca original de El Excelsior en Beirut, Les Caves du Roy ocupan un lugar aparte en la élite de los clubs. Grace Jones o Elton John, Mike Jagger (se casó en el Byblos en 1971) o Naomi Campbell, todas las estrellas o casi, llegaron a probar las famosas noches blancas de Saint-Tropez. La decoración ha sido renovada, pero la magia permanece, un lugar que es más que nunca imprescindible.