Los 10 imprescindibles en las costas de Córcega

En Córcega, los paisajes idílicos son abundantes. Rica en historia y cultura, esta isla, cariñosamente conocida como la "Isla de la Belleza", atrae a visitantes durante todo el año. Sumérgete en su majestuosa naturaleza y admira las montañas que se elevan hacia el cielo mientras exploras encantadores pueblos en lo alto de las colinas. Embárcate en un viaje en el tiempo hacia yacimientos prehistóricos y iníciate en los famosos cantos polifónicos corsos. Hemos seleccionado los 10 lugares más hermosos para que explores durante tu estancia en Córcega. Solo tienes que hacer las maletas y disfrutar de todo lo que esta maravillosa isla tiene para ofrecer.

1 - Les Calanques de Piana

Situadas en la parte occidental de Córcega, las Calanques de Piana son una serie de formaciones rocosas que van del rojo al naranja. Acantilados escarpados, picos, arcos naturales y grutas que revelan todos sus matices al atardecer. Para admirar este patrimonio mundial de la Unesco y disfrutar de las vistas panorámicas del Mediterráneo, basta con embarcarse en Cargèse, Calvi, Porto o Ajaccio. Si te apetece algo más deportivo, puedes dar un vigorizante paseo por uno de los numerosos senderos que rodean las calanques. Si tienes suerte, podrás avistar gaviotas, águilas o cormoranes. Los ciclistas con bicis eléctricas de montaña pueden explorar los alrededores desde las Aiguilles de Bavella.

2 - La Reserva natural de Scandola

También patrimonio mundial de la UNESCO, la reserva natural de Scandola se extiende a lo largo de la costa oeste de Córcega. Esta reserva marina de 1.000 hectáreas (y 900 hectáreas de tierra) tiene un acceso estrictamente regulado. Está prohibido acampar, pescar e incluso bucear para preservar la flora y fauna salvajes.
Deja volar tu imaginación ante el avance de la península de Girolata y sus rocas magmáticas. Maravíllate ante las estrechas calles de su pueblo pesquero. Cuanto más asciendas, más descubrirás la armonía de los colores del mar y la vegetación. A cada paso que dés, te verás rodeado de una vegetación densa y virgen. Aquí encontrarás muchas variedades de brezo, madroño, lavanda, setas...
Visitar Scandola también significa tomarte tu tiempo, para no interferir en la vida cotidiana de las miles de especies animales que viven aquí. Entre ellas, quizás tengas la suerte de avistar el murciélago más grande de Europa, conocido como "moloso". Jabalíes, anfibios, águilas pescadoras, halcones peregrinos, águilas reales, halcones, reptiles y zorros también pueden cruzarse en tu camino. Mientras oteas el mar Mediterráneo a tu alrededor, seguro que te topa con juguetones delfines y más de 243 especies de peces, moluscos y corales.

3 - El Golfo de Girolata

Cuando se piensa en el Golfo de Girolata, se piensa naturalmente en la península. Pero ¿sabías que su pueblo es el único de Córcega inaccesible por carretera? Para llegar hasta allí, necesitarás tu mejor calzado de senderismo para seguir a pie la famosa "sendero del cartero", o tus zapatillas deportivas si te desplazas en bicicleta. Para un momento de asombro y relajación, se organizan varias excursiones en barco desde Calvi y Porto. Así, podrás disfrutar de la belleza del Golfo de Girolata desde el mar. Esta vista te transportará al corazón del alma de Córcega. Rodeado de acantilados esculpidos por la erosión, tu mirada quedará atrapada por el fuerte y su torre genovesa. En cualquier época del año, aprovecha para hacer una parada en las playas de Tuara, Cavone o Gradi. Salvajes y vírgenes, ofrecen una experiencia excepcional.

4 - Museo de Bellas Artes (Palacio Fesch) de Ajaccio

Creado tras la donación del palacio por su propietario, el cardenal Joseph Fesch, tío de Napoleón I, el Palais Fesch alberga hoy una colección napoleónica y un departamento dedicado a los grandes pintores italianos. Admira obras de Botticelli, Poussin, Pozzo y Baciccio. El museo también presenta pinturas nórdicas, napoleónicas y corsas, así como colecciones de pintores del norte y centro de Italia, como Veronés y Tiziano. Más de 350 cuadros se exponen por orden cronológico en más de cuatro plantas de exposición.

5 - La paghjella

No te invitamos a un lugar específico, sino a una experiencia única. La paghjella es el canto polifónico corso, reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO. Este canto, que abarca lo profano y lo litúrgico, es interpretado por tres hombres en diversas celebraciones festivas, sociales y religiosas. Para descubrirlo, simplemente escúchalo cerca de las iglesias o espacios culturales durante tu estancia en Córcega. En varias ciudades, se ofrecen regularmente conciertos y cursos introductorios a lo largo del año.

6 - El yacimiento prehistórico de Filitosa

Descubierto en 1946 y excavado durante dos décadas, el yacimiento prehistórico de Filitosa te transporta a través del tiempo. Desde el Mesolítico de la isla (9.000 a.C.), pasando por el Neolítico tardío (3.100 a.C.), hasta la Edad del Bronce tardío (1.150 a.C.), los vestigios desenterrados revelan un prolongado período de ocupación por parte de diversas civilizaciones. Entre olivos milenarios, se encuentran estatuas y estatuas-menhires, a menudo comparadas con las de la isla de Pascua. En el museo del yacimiento, se exhiben muebles de época y otras piezas artísticas, cada una meticulosamente catalogada en cuanto a su descubrimiento y período de origen. Lo que distingue a este yacimiento prehistórico es su notable estado de conservación y su armonía con el entorno natural. El recorrido al aire libre ofrece una vívida impresión de la vida de quienes habitaron este lugar antiguo.

7 - Cuccurruzzu y Capula

Después de descubrir el yacimiento prehistórico de Filitosa, ¿qué tal un paseo? Desde Levie, basta con tomar la carretera de Sainte-Lucie-de-Tallano y seguir las indicaciones hacia Cuccurruzzu y Capula. Estos dos importantes yacimientos arqueológicos de Córcega están unidos por un camino perfectamente seguro. Comenzarás tu paseo explorando el Casteddu de Cucuruzzu. Se trata de un asentamiento fortificado de la Edad de Bronce. Rodeado de una muralla protectora y de terrazas que no se pueden visitar, esta zona te llevará después a la capilla de Capula. Construida en el siglo X, esta fortificación medieval es una visita obligada para los amantes de la historia.

8 - Balagne

¿Buscas tranquilidad y paisajes relajantes? Dirígete a los encantadores pueblos de Balagne: Pigna, Lumio, San'Antonino, Corbara y Speluncato. Ubicados entre Calvi e Ile Rousse, estos pintorescos pueblos ofrecen un entorno idílico en cualquier época del año, con vistas impresionantes y emocionantes senderos para caminatas y ciclismo. Además, podrás explorar la artesanía local y las coloridas fachadas ocre que caracterizan a estos lugares, enclavados en medio de exuberantes paisajes rurales. Son una visita obligada y una ventana al rico patrimonio cultural de Córcega.

9 - El archipiélago de los Sanguinaires

A la entrada del Golfo de Ajaccio, descubrirás el archipiélago de Sanguinaires. Está formado por cuatro islotes y una roca. En primer lugar, Mezu Mare, también conocido como Grande Sanguinaire, Île des Cormorans, apodada Isolotto, Cala d'Alga, Île de Porri y U Sbiru. En la Grande Sanguinaire, sigue los pasos de Alphonse Daudet en el Phare des Sanguinaires. Construido en 1838, se alza a 80 metros de altura en el emplazamiento de una torre genovesa típica de la región.

10 - El desierto de Agriate

Cerca, se encuentra el antiguo granero de trigo del cap Corse, lo que hoy se conoce como el desierto de Agriate, un pedacito de paraíso en la tierra que se puede descubrir en cualquier época del año. Este espacio natural protegido de 15.000 hectáreas puede explorarse a pie o desde el mar. Durante un paseo, conocerás las cabañas de paja restauradas que sirven de alojamiento en Ghignu. Sube a un autobús lanzadera en Saint-Florent y, veinte minutos después, descubre las magníficas playas que bordean la costa y que te acogerán según el tiempo que haga.


Recomendaciones y consejos:
Durante tu estancia en la isla, descubre también la gastronomía corsa. Conversa con los lugareños y degusta los platos locales de temporada. En primavera y verano, te tentarán las numerosas excursiones y paseos que se ofrecen a primera hora del día. Pero en otoño e invierno, los transportes públicos te permitirán organizar tu estancia sin pasar frío.


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