A media hora de España, , Bayona “Ciudad de arte y de historia”, nos invita a recorrer sus calles animadas.
Bayona, capital del País Vasco francés
Capital del País Vasco Francés, situada en la confluencia de los ríos Nive y Adour, a sólo 10 minutos del Océano, de Biarritz y a media hora de España, Bayona nos invita a recorrer sus calles.
Es una ciudad tranquila -salvo en sus fiestas-, conformada por bonitas casas de estilo vasco, coloridas vigas y contraventanas de madera. La zona más pintoresca se encuentra a orillas del río Nive. Considerada una de las seis ciudades más atractivas de Francia, el patrimonio arquitectónico de Bayona y, también, su destino está íntimamente relacionado con su puerto y con el periodo de dominación inglesa y su proximidad con España.
De la catedral gótica, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1998 dentro de las rutas del Camino de Santiago al sector protegido, pasando por las murallas, el claustro y el Castillo Viejo, una visita a Bayona permite realizar un verdadero viaje en el tiempo.
Visita también el Museo Vasco, el mayor museo etnográfico del País Vasco con más de 2.000 objetos y obras de arte, o el Museo Bonnat y sus esculturas de la Antigüedad, así como cuadros de El Greco, Rúbens, Goya, Géricault, Ingres o Degas.
Mundialmente famosa por su chocolate y su jamón, Bayona es una ciudad con un estilo de vida agradable. Los numerosos restaurantes y bodegas del barrio viejo se llenan a menudo, especialmente durante las Fiestas de Bayona, cuando acuden más de un millón de personas vestidas de rojo y de blanco durante cinco días y sus noches. ›››
No te pierdas en el Bayona
- Capital histórica del chocolate: De Bayona eran los primeros artesanos de Francia en trabajar la haba de cacao y aquí fue por donde este producto se introdujo en Francia hace aproximadamente 400 años.
- Compras: Bayona es el primer centro comercial del País Vasco con cerca de 1.900 tiendas y se sitúa en el segundo lugar entre las ciudades de tamaño medio más dinámicas de Francia
- Fiestas: Feria del jamón (finales de marzo), Jornadas del Chocolate (principios de mayo), Fiestas de Bayona (finales de julio) y corridas de toros (julio, agosto y septiembre).
Los 3 mejores pueblos del País Vasco Francés
Ainhoa constituye el paradigma de un pueblo vasco. Este pequeño municipio de fachadas blancas y rojas, y casas alineadas a lo largo de una única calle, fue creado en el siglo XIII por unos monjes del camino de Santiago de Compostela. Puedes descubrir la historia de este bello pueblo en una visita guiada que va desde el emblemático frontón, hasta las estelas del cementerio, pasando por el viejo lavadero y la iglesia del siglo XIII, dotada de un campanario cuadrado de cuatro plantas. La Casa del Patrimonio te sumergirá en su historia. Podrás viajar en el tiempo en busca de Harri Xurri, la piedra amuleto, siguiendo el río Lapixuri. Los caminantes apreciarán los senderos señalizados que forman un bucle.
Al pie de las montañas de La Rhune y de Axuria, la localidad de Sare invita a la calma. Su lema es explícito: “En Sare, uno tiene tiempo”, lo que en vasco se dice “Saran Astia”. En efecto, Sare merece dedicar un tiempo a descubrirlo, cruzando sus numerosos puentes medievales o admirando las decenas de dinteles, piedras esculpidas sobre las fachadas de las casas, del frontón, de los oratorios o de la iglesia. Sare es el pueblo vasco que cuenta con más edifi ios religiosos. Su vía medieval es el punto de partida de numerosos caminos de paseo o de senderismo. El Sendero de los Contrabandistas conduce hasta la célebre cueva de Sare y, claro está, hasta la frontera española. Los gourmets y aficionados a la gastronomía apreciarán el Museo del Pastel Vasco y los quesos de oveja que se pueden comprar directamente a los productores o en el mercado del jueves.
El tercer pueblo vasco que recomendamos vayas a visitar se llama La Bastide Clairence que, como su nombre indica, es una de esas bastidas del Suroeste, nacidas durante la Edad Media.
Esta localidad, ha sabido dar protagonismo a los talleres de artesanía: cristalero, tejedor, y alfareros, entre otros. Cada año, en septiembre, un mercado de alfarería reúne a una cincuentena de creadores en la magnífica plaza Arceaux. Durante el verano, sus mercados de productos de la granja ofrecen un contacto auténtico con los productores locales.
Entre las riquezas de su patrimonio, además de su iglesia con tribunas de madera, su trinquete recientemente restaurado, está el campo de Pelota vasca más antiguo del mundo todavía en activo. Su construcción se remonta al año 1512.