Ruta de los vinos de Alsacia, el vino se convierte en un viaje

La Ruta de los Vinos de Alsacia.

A lo largo de 170 km, una de las rutas turísticas más antiguas de Francia te reserva muchas sorpresas. Ponte al volante, súbete a la bici o cálzate las botas de montaña para recorrer la Ruta de los Vinos de Alsacia en 5 etapas.

Un paraíso para los senderistas

Una vez en los viñedos de Estrasburgo, a pocos kilómetros de la capital europea, las numerosas rutas del vino atraviesan los viñedos de Kochersberg, plantados en medio de cultivos de cereales. Un poco más allá se encuentra la famosa colina de Scharrach, desde donde se puede admirar un extraordinario panorama de los Vosgos, la llanura alsaciana e incluso la catedral de Estrasburgo.

A medio camino entre Estrasburgo y Colmar, en la región de Coeur d'Alsace, la atracción estrella tiene un nombre: el castillo de Haut-Kœnigsbourg. Es el emblema de las ruinas de castillos medievales, enclavado en un paisaje de viñedos y bosques. A tus hijos les fascinarán la Volerie des Aigles y la Montagne des Singes, en Kintzheim.

De nuevo hacia el sur... hacia la región de Colmar, donde las llanuras, los Vosgos y los viñedos jalonan la ruta, salpicada de pueblos medievales. Hacemos una parada en el pueblo de Riquewihr, el más bello de Francia, donde las murallas bien conservadas rodean esta perla del viñedo.

Dedica también un tiempo a visitar Colmar, una ciudad que se puede descubrir en barca, por los canales que surcan la ciudad, a los que debe el sobrenombre de Pequeña Venecia. Las casas con entramados de madera y sus balcones adornados con geranios multicolores te sorprenderán.

Tu periplo termina en la Ruta de los Vinos Sur-Alsacia, sinónimo de altitud, donde las vides se cultivan en terrazas. A lo largo de kilómetros, ciclistas y senderistas combinan esfuerzos y descubrimientos de paisajes variados: ruinas de castillos medievales, pueblos floridos, abadías románicas, vides ondulantes y winstubs, los famosos bares de vinos locales. A estos lugares de cata se añade una amplia variedad de restaurantes y hoteles. Cabe citar las granjas, los hostales, los mercados de productos locales y las casas con encanto para amenizar una extraordinaria experiencia cultural y vinícola.