Dijon: la clase creativa

Disfruto en las ciudades francesas de cascos históricos de talla humana, fáciles de visitar y conocer en unas horas, y donde al final acabas haciendo shopping atraído irremediablemente por el encanto de los escaparates de sus tiendas. Ese es el caso de Dijon, destino cuyo principal reclamo para el turista reside en descubrir los secretos del selecto vino de Borgoña, cuyos viñedos abrazan la ciudad desde las afueras. Antes de pasar al vino -si lo deseas- podrás recorrer la Ruta de la Lechuza, que por medio de curiosas señalizaciones te conducirá por los lugares patrimoniales más destacados del centro histórico, y que además te permitirá ir descubriendo las encantadoras tiendas de diseño y artesanía.

La Ruta de la Lechuza

La Lechuza de la que toma el nombre esta ruta cultural es una figura de piedra, que encontrarás en uno de los laterales de la fachada de la iglesia de Notre Dame, del siglo XIII. Cuenta la tradición, que tendrás suerte si la acaricias con la mano izquierda, por lo que así fue como empecé mi visita de Dijon. Más adelante fui recorriendo las 22 etapas de la conocida como Ruta de la Lechuza, que te lleva por monumentos y casas señoriales de la capital de la Borgoña.

Pan de especias en Mulot & Petitjean

Llegué a Dijon con la interesante información de que la ciudad es conocida como la capital francesa del pan de especias, y que su mejor exponente es la Casa Mulot & Petitjean, un establecimiento familiar fundado en 1796, el cual ya forma parte del patrimonio culinario de la ciudad. En Mulot & Petitjean , una de esas casitas de entramado de madera medieval tan típicas de Europa central, me explicaron los secretos del típico pan de especias, cuyo origen se remonta a la China antigua. La elaboración más tradicional del pan de especias es un bloque de unos 6 kilos sin nada de grasa, con una textura bastante seca, el cual se conserva durante mucho tiempo. En la mesa, este pan es el acompañamiento para las mermeladas o también como base para el foie gras. Otras variantes del pan de especias son el pan glasse, cubierto de azúcar; o el delicioso nonette, más ligero y con mermelada en su interior.

La Boutique de la Trufa

Ver como un perro busca trufas en el campo ha sido una de las mejores experiencias viajeras que recuerdo haber tenido, y en la Boutique de la Trufa de Dijon pude profundizar sobre el exquisito mundo de este cotizado hongo. Ubicada en un edificio del siglo XIV con fachada entramada, uno de los más antiguos de la ciudad, esta tienda se fundó hace 50 años con el objetivo de adaptar en Borgoña la experiencia de la producción de trufas en Italia. En este pequeño templo de la trufa de Dijon no solo las venden, sino que también elaboran diversos productos gastronómicos a partir de este apreciado producto. Además, la boutique tiene sus propios perros especialistas con los que las recolectan y llevan a cabo actividades turísticas como con la que tanto disfruté.

Sombrerería Bruyas

De mi visita a Dijon nunca olvidaré que en la Sombrerería Bruyas, por primera vez en mi vida, me asesoraron sobre el tipo de sombrero que me mejor me sienta. Esta tienda tradicional, fundada en 1880, sigue vendiendo desde entonces los mismos sombreros. Hace poco falleció, con 95 años, el último descendiente familiar, quien cedió el establecimiento a la encargada con la que trabajó durante años. Es tal la diversidad de sombreros y de gorras que venden, que para comprarte uno se hace imprescindible dicha asesoría. A partir de entonces supe que, en mi caso, lo que mejor me sienta son las grandes gorras irlandesas.

Bensimon, tienda de diseño del hogar

Si hay un tipo de establecimiento que a todos nos gusta son estas tiendas del hogar donde pasas un buen rato descubriendo los más originales y variados elementos y objetos de diseño. Eso hice en la tienda de la cadena Bensimon situada en la céntrica calle de la Libertad de Dijon, la cual abrió al público hace apenas dos años. Pero además, este establecimiento tiene el atractivo de ocupar el local de una antigua mercería fundada en el siglo XIX, el cual aún conserva su antiguo techo de madera con una bonita decoración. Bensimon es la clásica tienda donde ves de todo y todo te gusta, eso sí, con productos de máxima calidad y precios a tono con la misma.

Farmacia de la Cruz Blanca

De siempre me han gustado las farmacias tradicionales, esas en las que cuando pones un pie en su interior, el tiempo parece haberse detenido hace siglos. En mi visita de Dijon, paseando una mañana por el centro histórico, me topé con uno de estos establecimientos con tanto encanto, que más tarde descubrí que era toda una institución en la ciudad. Se trata de la Farmacia de la Cruz Blanca situada en pleno casco antiguo y la cual reconocerás por su bonita fachada de madera. Su interior refleja el encantador ambiente de las farmacias tradicionales: repisas de madera oscura colmadas de tarros de porcelana con grabados botánicos y alacenas cargadas de viejas fórmulas magistrales. Me comentaron que buena parte de los productos que venden son elaboraciones propias preparadas por ellos y que suelen hacer demostraciones públicas que forman largas colas de curiosos.

Maison Millière

Si en Dijon buscas un establecimiento realmente histórico, a la Maison Millière no le gana ningún otro. Fundada en 1483, antes de que Cristóbal Colón descubriera América, según me señala Jean Francois, su actual y simpático propietario, el edificio mantiene la estructura de las edificaciones medievales, con primera planta dedicada a la tienda y en la segunda planta, la vivienda del artesano. Con una muy bonita fachada con maderas entramadas y ladrillos esmaltados, muy orgulloso de su casa medieval, Jean Francois me recibe y destaca orgulloso que en su restaurante y salón de té se grabaron escenas de la película El Cyrano de Bergerac, interpretada por Gérard Depardieu.

Cita en Dijon, en Borgoña