Clermont: 8 formas de recuperar fuerzas

Acurrucada a los pies de volcanes dormidos, la ciudad de Clermont regala al visitante un paréntesis relajante, lejos de la agitación de París. Deambular por los jardines o escalar un volcán, ¡haz lo que más te apetezca y repón energías!

Saltar de árbol en árbol en el Parc Bargoin

¿Quieres disfrutar de la naturaleza? Recorre los senderos del Parc Bargoin: sus jardines de estilo inglés y sus 60 especies de árboles -secuoyas centenarias, cédros del Líbano o Ginkgo Biloba- te transmitirán calma y serenidad. No te vayas sin antes saludar a las ovejas, los conejos y otros residentes del parque.

Chemin de Beaumont in Chamalières

Perder toda noción del tiempo en el Jardin Lecoq

Es el pulmón verde del centro de Clermont. Fue concebido en el siglo XIX junto a su rosaleda, su amplia masa de agua y sus grandes sapos esculpidos por el holandés Mark Brusse. Pasearse por este jardín es casi como deambular por un museo a cielo abierto. ¡Resultará fácil olvidarse de la hora del almuerzo!

Entrada en el boulevard Lafayette, boulevard François Mittérand o avenue Vercingétorix

Almorzar en la terraza luminosa del Pavillon Lecoq

Tras un paseo por los jardines, regálate una pausa deliciosa en el Pavillon Lecoq, a la sombra de los árboles o bajo el cálido abrazo de los rayos de sol. Según los asiduos, la ensalada de salmón ahumado de la casa y las vieiras con cítricos y jengibre son una delicia.

Detenerse en la parte alta del Parc Montjuzet

Toma un poco de altura en este jardín mediterráneo. Contempla la ciudad a tus pies y déjate embriagar por la suave fragancia de los cipreses, los pinos, los olivos y la lavanda. Antes de bajar, admira durante unos instantes la escultura abstracta de Takashi Naraha, La Boule Erratique, una bonita invitación a la meditación.

Ver la sorprendente Catedral de Notre Dame de l’Assomption

Esta magnífica catedral gótica se encuentra situada en la colina del centro histórico de Clermont. Construida con piedras de Volvic, la famosa roca volcánica, el aspecto sombrío de sus muros ofrece un impresionante contraste con la luminosidad de sus vidrieras. Para disfrutar de unas maravillosas vistas de la ciudad, los menos acrófobos podrán ascender hasta la cima de la torre de la Bayette. Entretanto, los demás pueden disfrutar de una de las numerosas terrazas en la Place de la Victoire.

Mimar el paladar en Le Chardonnay

Sin salir del centro histórico, encontramos uno de los locales más de moda de la ciudad. La cocina es refinada y el ambiente de bistrot acogedor. No debemos perdernos la cassolette en croûte, con pato confitado y foie gras, servida con verduras de antaño y una crema chantillí de ajo dulce: ¡una verdadera delicia para las papilas!

Admirar una (bien merecida) panorámica en el Puy de Dôme

A unos km de Clermont, en pleno corazón del Parc Naturel des Volcans d’Auvergne, el ascenso de los 1.465 metros del Puy de Dôme valdrá la pena... salvo que elijamos la comodidad del tren panorámico. Una vez en lo alto, imprescindible disfrutar del maravilloso mirador y de las vistas de la Chaine des Puys, uno de los más bellos parques volcánicos de Europa.

Relajarse entre burbujas en Royatonic

A pesar de todos sus volcanes, Clermont es también ciudad de aguas. Por una parte, está la ya mundialmente famosa agua de Volvic. Pero también las relajantes aguas de Royatonic: lagunas interiores o exteriores a más de 30 °C, lechos de burbujas, bañeras de hidromasaje, sauna o baño turco... en pocas palabras, aquí todo está pensado para el bienestar del cuerpo.

Cita en Clermont, en Auvernia