Embarque inmediato para un viaje subterráneo en las cuevas del Jura

Hace calor, mucho calor… Para hacer bajar la temperatura, vayamos bajo tierra, en las cuevas que pueblan el subsuelo de las Montañas del Jura. En estas cavidades con millones de años de antigüedad descubrimos un espectáculo natural increíble, un verdadero paréntesis intemporal… ¡y protegidos del calor!

Delirios de grandeza

Empezamos fuerte esta selección con una de las mayores salas subterráneas acondicionadas de Francia. Situada a una veintena de kilómetros de Besançon, la Sima de Poudrey, apodada la “catedral subterránea”, podría contener Notre-Dame de París, ¡nada menos! Una sucesión de escaleras nos conduce hasta 70 m bajo tierra. A lo largo del recorrido, admiramos el trabajo de los elementos naturales y del tiempo que han creado esta cavidad, antes de asistir al espectáculo de luz y sonido que explica la formación del universo, de la Tierra y de las cuevas. Descubrimos, entre otras cosas, la leyenda del Guiverno, animal mitológico mitad busto de mujer y cuerpo de serpiente, el guardián del lugar. Hay que prever llevar una chaqueta, ya que la temperatura ronda los 7 grados.

Dentro del refugio de los osos de las cavernas

La cueva de Osselle, situada no lejos de las Salinas de Arc-et-Senans, era el refugio favorito de los osos de las cavernas. En efecto, en sus profundidades se descubrió en 1826 el primer esqueleto de este animal prehistórico que medía más de 2,5 metros de altura. Más tarde, en los años setenta, se encontraron en esta cavidad unos quince esqueletos completos, convirtiendo a la cueva de Osselle en la mayor necrópolis de osos de las cavernas de Europa. También es conocida por sus paredes que el agua tiñe de color gracias a los diferentes minerales que forman la roca. Compuesta de 15 salas, la cueva ofrece una galería principal de 1.200 m recorrida por un río que se vierte en el Doubs.

Del río subterráneo a la catarata

En el extremo de la vaguada de Baume-les-Messieurs – un fenómeno geológico típico del Jura – se encuentran las cuevas del mismo nombre. Acompañados por un guía, recorremos cerca de un kilómetro de galerías interrumpidas por salas que van de los 20 a los 80 metros de altura. En el interior de las cuevas, se ocultan un lago subterráneo y un río, el Dard, que al remontar la superficie forma la catarata de Baume-les-Messieurs. Y la cueva, por muy impresionante que sea, no es la única atracción de este pueblo, declarado Localidad con Carácter. No te pierdas la abadía benedictina imperial así como sus casas típicas, sin olvidar las vistas que ofrece este valle situado en el interior de una meseta calcárea.

Estalactitas y compañía

Descubierta en 1966 y abierta al público desde hace unos veinte años, la cueva de Les Moidons cuenta con unas instalaciones modernas, lo que permite unas visitas adaptadas al mayor número de personas. Tras un vídeo de presentación, descendemos para descubrir la cavidad formada en el periodo glaciar, donde las estalagmitas, estalactitas, columnas y pliegues son realzados por un espectáculo de luz y sonido. La visita termina en el espacio de los murciélagos y su laberinto para los niños.

En la nevera de la Prehistoria

Siempre hace fresco en las cuevas de Le Cerdon, que eran utilizadas como despensa por los hombres prehistóricos y más tarde como lugares para afinar el queso en los años treinta del siglo pasado. Hoy se visitan siguiendo el lecho de un antiguo río subterráneo, desde su ocultación hasta su regreso a la superficie. Una visita guiada que permite comprender bien el papel fundamental del agua en la creación de estas cavidades. De regreso a la superficie, se puede proseguir la visita hasta el mirador que domina los viñedos de Le Cerdon, sin olvidar el imponente porche, paso obligado a la salida de las cuevas. Las cuevas de Le Cerdon organizan asimismo actividades prehistóricas para completar la visita subterránea. Desde la iniciación a las técnicas del fuego hasta las excavaciones arqueológicas o la pintura prehistórica, todo ello es propuesto en el parque adyacente a las cuevas.

Cita en las montañas del Jura 

Las cuevas están situadas en los cuatro lados de las montañas del Jura, alrededor de Besançon, Lons-le-Saulnier o Bourg-en-Bresse.